LOS MÉTODOS FILOSÓFICOS.
Los
métodos filosóficos más utilizados en Filosofía son, brevemente, los
siguientes:
a) Mayéutica:
propuesto por Sócrates en el s. IV a. C. Consiste en hacer caer en cuenta al
interlocutor de su ignorancia a través de preguntas, para una vez aceptado el
error el mismo interlocutor descubra la verdad.
Sócrates
el maestro de Platón práctica un método de construcción
de conceptos que compara con el trabajo que desarrollan las parteras: así
como ellas ayudan a parir un nuevo ser, Sócrates ayuda a parir ideas, a
concretar el trabajo de concepción de ideas con el alumbramiento de
conocimiento, cuya meta es la verdad fundada en la razón. A esta habilidad le
llama mayéutica que en griego
significa “partera”; se puede traducir al lenguaje filosófico como el arte de
alumbrar conciencias. Dos momentos son básicos en este método:
1. La
ironía: la cual presenta una serie de preguntas al interlocutor para
confundirlo, hacerlo caer en la contradicción y hacerlo reconocer su
ignorancia.
2. Después
de aceptada su ignorancia, el locutor hace descubrir al interlocutor las
verdades que llevan en sí las respuestas, para invitarlo a pensar racionalmente
y que genere los conceptos universales propios del saber.
En
síntesis, la mayéutica socrática consiste en saber interrogar y a cada
respuesta contraponerle una nueva pregunta, hasta encontrar una respuesta
verdadera que haya superado e integrado la verdad parcial de todas las
anteriores.
La
frase “sólo sé que nada sé” únicamente tiene sentido en este contexto. Sócrates
se presenta como ignorante con respecto al tema de reflexión, porque su función
no es la de hallar él mismo la verdad sino la de contribuir a que el otro la
encuentre por sus propios méritos. (León Santader, 2009)
b) Cartesiano:
propuesto por René Descartes en el s. XVII. Tiene como base la duda metódica y
su finalidad es dudar de libros, maestros, sentidos y hasta de la duda misma
hasta que no haya más lugar a la duda y así conocer el fundamento de la
realidad.
René
Descartes propone este método cuyo fundamento reside en la duda. Para él, la
duda en un momento necesario en el camino para alcanzar la verdad: es metódica
y constructiva porque implica, como punto de arranque, poner en entredicho la
autoridad de los libros, los maestros y las tradiciones, hasta superar la duda
misma. No se trata de dudar de todas las ideas, sino de cuestionar sus
fundamentos. Sólo se puede llegar a la verdad cuando la duda ya no tenga lugar.
Como
primer paso, Descartes propone dudar de los sentidos porque engañan alguna vez
y nada nos garantiza que no nos engañen siempre. De igual modo se debe de dudar
de la existencia de las cosas, pues igual se presentan en los sueños como en la
vigilia. La dificultad para distinguir el sueño de la vigilia lleva a la
posibilidad de dudar siempre de su existencia. No obstante, hay verdades que
prevalecen, según Descartes: las matemáticas. Afirma en el Discurso del Método: “Duerma yo o esté despierto, dos más tres
serán siempre cinco, y el cuadrado no tendrá más que cuatro lados”.
Sin
embargo, Descartes somete a la duda también a las matemáticas y llega al
extremo de dudar de la propia duda y es en este momento, según él, cuando
encuentra un principio que resiste a la duda: si dudo que dudo, es indudable
que sigo dudando. Ante el hecho de dudar, aunque me esté engañando, siempre
podré tener la certeza de que estoy dudando. Dudar implica pensar y pensar
implica existir. Por lo tanto, en Descartes, tenemos aquí la primera verdad:
“Pienso, luego existo”, a partir de lo cual, según él; se puede construir
conocimiento bien fundado. (León S, 2009)
c) Crítico:
propuesto por Kant en el s. XVIII. Tiene como origen un proceso mental donde la
razón se vuelve sobre sí misma para conocer los límites de su alcance. Una vez
hecho este proceso, se llega al fundamento de la realidad que Kant llama
imperativos categóricos.
El
filósofo alemán Immanuel Kant (1724-1804) entiende la crítica como el proceso por el cual la razón se vuelve sobre sí
misma para conocer sus propios límites y las condiciones en que funda su propia
validez. En un primer momento Kant somete a crítica a la metafísica como una
esfera de problemas que rebasa los límites de la razón humana. Enseguida,
define la filosofía como una reflexión sobre las condiciones de posibilidad de
conocimiento y del hacer humano, con el fin de determinar la validez
epistemológica del primero y de la acción moral del segundo.
Además,
en su Crítica de la razón pura (1871)
Kant examina la posibilidad de establecer juicios o enunciados sintéticos, o
sea, que añaden información o conocimiento, a diferencias de los enunciados
analíticos, que no transmiten conocimiento alguno. También clasifica los
juicios en:
A
priori: son enunciados cuya verificación es independiente se la experiencia.
A
posteriori: son enunciados que se originan a partir de la experiencia.
Los
juicios propios de la ciencia son, según Kant, los sintéticos a priori, pues
son racionales o lógicos (no dependen de los sentidos) y añaden nueva
información en torno al sujeto.
d) Fenomenológico:
propuesto por Husserl en el s. XIX. Tiene como principio la Epojé que implica
poner en paréntesis o dejar en suspenso nuestras certezas sobre la realidad,
hasta refundamentarlas cuando el investigador ya no tenga dudas. Este método es
altamente utilizado en la investigación filosófica actual.
El
filósofo alemán Edmund Husserl (1859-1938) toma como punto de partida la duda
metódica. La duda revela al propio yo que duda. Este yo no es el yo psicológico
sino un yo trascendental o puro. El yo psicológico corresponde al yo individual
que se hace preguntas por asuntos personales; el yo trascendental es el yo del
cual todos los individuos participamos, es el yo que piensa, indaga e
investiga. El yo psicológico es singular, pertenece a un único individuo; el yo
trascendental es el yo pienso que está presente en todo ser humano posible.
La
fenomenología de Husserl abstrae la cuestión de la existencia del objeto
conocido y describe minuciosamente sus rasgos esenciales, y las condiciones en
que éste aparece a la consciencia. En otras palabras, permite extraer las
características esenciales de todas nuestras experiencias y la esencia de lo
que experimentamos.
Esta
fenomenología se opone a la crítica de Kant, que se enfoca en el contenido
trascendental que la experiencia no muestra.
Husserl
analiza la estructura de los actos mentales o psicológicos y cómo éstos están
dirigidos hacia los objetos reales e irreales. Precisamente la principal
característica de la conciencia (conocimiento) es que siempre es intencional.
El
conocimiento de las esencias sólo es posible obviando todas presunciones sobre
la existencia de un mundo exterior y los aspectos de cómo el objeto es dado a
nosotros.
Así,
el primer paso para encontrar el fundamento de la realidad definida como
fenómeno, implica poner entre paréntesis o dejar en suspenso todas nuestras
certezas sobre la realidad, hasta refundarlas cuando el investigador ya no
tiene dudas. Esta operación metódica de evitar juicios previos se denomina epojé fenomenológica.
Mediante
la epojé se descubre el yo como condición de posibilidad de la certeza y de la
verdad. Toda realidad es realidad porque existe para el yo como fundamento,
para el yo que la piensa. Es decir, la realidad es fenómeno porque aparece
fundada en el yo puro, el yo que piensa. Sin un yo pensante no hay fenómeno.
Sólo hay fenómeno porque hay conciencia.
e) Dialéctico:
propuesto por Hegel en el s. XIX. Es el camino que sigue el pensamiento para
comprender y mostrar a través de los conceptos el movimiento que realiza la
historia de la humanidad. Es la capacidad de llevar en dinámica los conceptos
al orden de una síntesis.
Platón
concibe la dialéctica como un método según el cual debe constituirse el
conocimiento correcto. En sus Diálogos presenta
a Sócrates como el filósofo dialéctico que a través de la mayéutica ayuda a sus
discípulos a pensar correctamente.
Para
Aristóteles, la dialéctica en un saber previo y más fundamental que la ciencia.
Ésta parte de principios y no siempre justifica ni demuestra. La dialéctica muestra
la verdad de esos principios operando por reducción al absurdo; o sea, si en
torno de un tema se hacen afirmaciones y al mismo tiempo se niega su sentido,
la dialéctica muestra dicha contradicción. Hace valer el principio lógico de la
no-contradicción: no se puede afirmar y negar a la vez en el mismo sentido.
Así, la ciencia avanza con base en los principios lógicos –los otros son el de
identidad y el de tercero excluso- que la dialéctica introduce en su discurso.
Para
el filósofo alemán Georg Wilhem Friedrich Hegel, el método dialéctico es el
camino que sigue el pensamiento para comprender y mostrar, a través de
conceptos, el movimiento que realiza la historia de la humanidad. Un concepto
clave es el de totalidad dinámica que se refiere a una estructura:
la sociedad, que tiene movimiento e historia.
Este
devenir histórico-social se por contradicciones y la superación de ellas. Ésta
se opera en y por la negatividad del espíritu, o sea, el pensamiento que
consiste en llevar los opuestos –una tesis (posición) y su antítesis
(contraposición)- al orden de una nueva unidad o síntesis (cada concepto
constituye una síntesis o dialéctica). La contradicción fundamental se
establece entre el espíritu y lo que no es él mismo, o sea, entre pensamiento y
realidad material. Pero dicha contradicción se resuelve cuando el pensamiento
comprende en su propia vida especulativa la realidad.
Para
Marx, la dialéctica en Hegel es idealista porque resuelve en el pensamiento
sólo especulativamente las contradicciones materiales de la realidad histórica
y social. Marx cuestiona a Hegel porque éste le atribuye al pensamiento la
facultad de formar y darle sentido a lo real. A decir de Marx, no es la
conciencia la que determina el ser, sino el ser social lo que determina la
conciencia.
Según
Marx, las contradicciones reales sólo encuentran su solución en la práctica a
través del trabajo. La dialéctica en Marx es materialista porque a la praxis
como la actividad que transforma y produce efectivamente lo real, lo que
convierte la realidad natural en realidad humana. Para Marx, la praxis social
es el motor de la historia. Por ello, el Estado y el derecho, así como la
religión y la moral, no se explican por sí mismos ni por el desarrollo del
espíritu o la conciencia, sino por el modo en que los seres humanos producen y
reproducen su vida material todos los días. (León Santader, 2009)
f) Hermenéutico:
representado por autores del s. XIX como Schleiermacher y Dilthey; y otros del
s. XX como Heidegger y Gadamer quienes coinciden que la hermenéutica es el arte
o técnica de interpretar textos para fijar su verdadero sentido.
El
término hermenéutica significa
interpretación. Hace referencia al arte o técnica de interpretar textos para
fijar su verdadero sentido. En un principio se aplicó en la teología y, en
particular, a la lectura de las Sagradas Escrituras.
Los
filósofos alemanes Friedrich Scheleiemacher (1768-1834) y Wilhelm Dilthey
(1833-1911) consideran a la hermenéutica como la reconstrucción histórica de un
discurso dado. Esto supone comprender un texto a partir de una lectura que
reconstruya psicológicamente la intención original del autor. Se considera que
el texto expresa los sentimientos de éste, por lo cual los lectores o
intérpretes deben ponerse en su lugar en aras de revivir el acto creador.
Dilthey
afirma que toda manifestación espiritual humana, incluso los textos escritos,
debe ser comprendida dentro del contexto histórico y cultural de su época.
Según este pensador, en las ciencias humanas no tiene cabida la explicación
sino la comprensión.
Esta
concepción supone que cualquier persona tiene la misma compresión lectora que
las demás, y por lo tanto, es posible alcanzar una única interpretación
correcta. Sin embargo, esta visión corre el riesgo de caer en el subjetivismo y
el relativismo, esto da como resultado que cualquier interpretación sea válida.
Martin
Heidegger y Hans-Georg Gadamer (1900-2002) consideran que comprensión e
interpretación se relacionan de manera circular: para comprender el todo es
necesario comprender las partes, y viceversa; esto hace posible una
interpretación adecuada del asunto.
Heidegger
afirma que para llegar a la comprensión debemos pasar por una estructura
circular a la que denomina círculo hermenéutico y afirma que toda
interpretación, para producir comprensión, debe ya tener comprendido lo que va
a interpretar. O sea, el proceso de comprensión no parte de la nada, sino de
aquello que ya ha sido comprendido o admitido como válido o cierto. Para
Heidegger existir es comprender; por lo que plantea la urgencia de que el ser
humano se sitúe en el mundo; por ello su filosofía identifica la verdad con una
interpretación históricamente situada.
Hans-Georg
Gadamer reconoce con Heidegger que la realidad es la condición de ser
existente, y afirma que la interpretación es el puente que conecta al sujeto
que conoce con el mundo conocido, mundo que comprendemos y del que hablamos de
múltiples maneras; mas el problema es que no todo lo que se dice se comprende,
a menos que se mire desde y dentro de un determinado contexto histórico.
Entonces
la hermenéutica es la actividad que permite la comprensión y abre el camino al
conocimiento a partir de la captación del sentido de los fenómenos naturales y
sociales en un marco de referencia específico. Ésta es la condición de sentido
de toda experiencia y de toda investigación. (León S, 2009)
g) Deconstruccionista:
propuesto por Derrida en el s. XX la desconstrucción funciona desde una lógica
paradójica en una noción contradictoria cuya finalidad es la demostración de la
autocontradición textual, una demostración que se apoya en el supuesto de una
incompatibilidad entre lo que el autor cree argumentar y lo que el texto dice
realmente.
La
deconstrucción es una forma de análisis textual aplicada no sólo a la
literatura y la filosofía sino también a la historia, la antropología, el
psicoanálisis, la lingüística y la teología. Su principal exponente es el
filósofo posestructuralista francés Jaques Derrida (1930-2004).
La
deconstrucción funciona, según Derrida, sobre la base de una lógica paradójica,
una noción contradictoria: mientras el término lógica denota aquello que acata
las leyes del razonamiento, el de paradoja se refiere a lo que contradice a la
razón. En este aspecto muchos filósofos han cuestionado a Derrida, al decir que
éste propone teorías que carecen de sentido.
Sin
embargo, la finalidad de la deconstrucción como método o estrategia es la
demostración de la autocontradicción textual, una demostración que se apoya en
el supuesto de una incompatibilidad entre lo que el escritor cree argumentar y
lo que el texto dice realmente. Así, la clave de la deconstrucción está en el
divorcio entre la intención del autor y el significado del texto. (León S, 2009)
Best Casino Bonus Codes For Dec 2021 - JTHub
ResponderBorrar› casino-bonus-codes 군산 출장샵 › casino-bonus-codes The best casino 양주 출장마사지 bonus 당진 출장마사지 codes for December 2021. Claim them in seconds and earn 포천 출장샵 real money playing slots for 경상북도 출장안마 free.